Este es el décimo primer artículo sobre relaciones internacionales, los anteriores se pueden leer aquí: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 , 8, 9 y 10
Dados los puntos ciegos existentes en la teoría realista ya descritos en el artículo anterior, voy a tomarme la molestia de proponer un nuevo marco teórico que permita suplir tales deficiencias. Para ello voy a usar como base las ideas presentadas por Tucídides, historiador clásico griego quien nos dejó como legado el primer libro moderno de historia: “La guerra del Peloponeso”.
Algo tiene el libro de Tucídides que otros no, fue escrito hace 2.400 años y sigue siendo hoy leído y analizado. Su historia de la guerra del Peloponeso nos sigue entregando lecciones para entender el sistema internacional actual. Durante la Guerra Fría entre EEUU y la URSS su libro retomó nuevamente importancia porque analizaba un conflicto Bipolar: El imperio Ateniense contra Esparta y sus aliados. Académicos y expertos buscaban en este indicios de los factores que pueden precipitar la guerra entre dos grandes potencias. Diversos autores han tratado de vincular además a Tucídides como el primer pensador de la academia realista, muchos clasificándolo entre realista clásico a neorealista. Tales intentos ignoran el hecho que no existía tal concepto académico hace 2.400 años.
Breve historia de Tucídides y su libro

Tucídides participó en la guerra que narra. Nacido en Atenas aproximadamente el año 455 AC, el año 430 sobrevive a la peste que asoló a Atenas durante la guerra. En el 412 es nombrado general por la polis y le fue asignada la misión de salvar del cerco espartano a la ciudad de Anfípolis. Al fracasar en su objetivo fue condenado a 20 años de destierro. Durante su destierro comienza a escribir su libro, que queda incompleto, debido a su muerte a los 55 años de edad.
Su obra, “La guerra del peloponeso” está subdividida en ocho libros los que narran la guerra en orden cronológico excepto los últimos años del conflicto. Además de narrar los pormenores de la guerra usa un recurso literario muy interesante: cada bando presenta un discurso o arenga para justificar su posición. Tales discursos, evidentemente reconstruidos, presentan las razones de las polis o bandos político de la mejor manera posible y revelando su fuero íntimo. El historiador evita en todo momento de hablar de malos y buenos en su libro. Intenta contar tal gesta de la manera más desapasionada y objetiva posible.
Basado en su libro y lo visto en artículos anteriores presentaré aquí un nuevo marco teórico para las relaciones internacionales: La Teoría de Tucidides
Esta teoría asume como correctos los principales supuestos de la Teoría Realista
- Los estados son los actores principales del sistema internacional
- El sistema internacional es anárquico
- El poder de los estados es un juego de suma cero y estos buscan maximizar su poder hasta alcanzar el status de Hegemón
- Los sistemas bipolares son más estables que los multipolares
- Las grandes potencias tienen la capacidad de destruirse unas a otras.
Los supuestos realistas considerados falsos bajo esta teoría son los siguientes:
- Los estados son cajas negras
- Los estados son agentes racionales
El primer punto fue explicado en el capítulo anterior, el segundo lo discutiremos aquí.
En el primer libro de “La Guerra del Peloponeso”, previo a la declaración de guerra de la coalición espartana contra el imperio de Atenas, una delegación ateniense hace sus descargos para evitar la guerra. Tucídides pone en boca de esta delegación las principales motivaciones de cualquier nación: interés, miedo, honor y envidia.
La palabra Envidia la cambiaré por Rencor, lo que explicaré aquí mismo. Daré además un breve ejemplo a estos cuatro factores para dejar en claro su importancia, tales ejemplos son del libro o casos actuales.
Factores humanos que impulsan las naciones
Interés
El interés es el único factor netamente racional mueve a los estados. Estos constantemente están buscando aumentar su poder relativo frente a los otros, sea mediante crecimiento propio, sea dañando los intereses de otras naciones.
Un ejemplo de esto se da en el mismo libro de Tucídides: La guerra del Peloponeso fue precipitada por rencillas entre Corinto, polis aliada a Esparta, y Corcira. Esta última antigua colonia de Corinto, pero que no estaba dentro de ninguna de las dos grandes alianzas. Corinto tenía además cuentas pendientes con Corcira por humillaciones pasadas. Al comenzar el conflicto naval entre ellas, Corcira acude a Atenas por ayuda. Cuenta el Profesor Kagan en sus cursos de Yale, que Atenas decide apoyar a Corcira porque, si esta perdía la guerra, su flota naval sería absorbida por Corinto, la cual poseería entonces una flota naval que podría amenazar a la ateniense, poniendo en riesgo la superioridad naval de Atenas en el mar Egeo. Tal posibilidad es insinuada por la delegación corcirence en Atenas.
Miedo
Aunque siempre el miedo es considerado un factor irracional, es incluido por Mearsheimer y otros autores dentro de la Teoría Realista. El miedo al poder de otros estados juega un factor fundamental en las relaciones internacionales.
Indica Tucídides que el factor principal que empujó a Esparta a declarar la guerra contra Atenas, además de la presión y amenazas de Corinto, fue el miedo que tenía la primera del creciente poder de la segunda. Atenas ya estaba en condiciones de poner en jaque el poder espartano en el Peloponeso.
Un caso moderno destacable fue el cambio de alianzas que hizo el imperio británico cuando la Alemania Guillermina decidió construir su Hochseeflotte, su flota de alta mar. El enemigo por siglos de Inglaterra era Francia la y usaba de contrapeso en el continente contra Alemania durante la segunda mitad de s. XIX, pero cuando esta última decidió construir una marina que podía desafiar la británica, Inglaterra se sintió amenazada y decidió cambiar totalmente de alianzas.
Honor
El Honor es un factor fuertemente irracional y que no aparece en parte alguna de los textos de autores realistas como Mearsheimer. El Honor se puede interpretar en un doble sentido: por un lado es la “reputación” de una nación, el “qué dirán” si una nación no reacciona a un insulto o humillación; el otro sentido se puede interpretar como disuasión (deterrence). En la medida que una nación no materialice sus amenazas se interpretará que sus intereses pueden ser atacados sin costo alguno.
Tucídides narra cómo antes de la guerra Corinto amenazó a Esparta que esta quedaría mal parada frente a sus otros aliados si no declaraba la guerra. No declararla sería señal de ser una polis débil y que no merecía el respeto de sus pares ni liderar la alianza. Esparta prefirió la guerra al deshonor.
Uno de los ejemplos modernos más notorios de pérdida de honor fue el trato internacional que sufrió Barak Obama al final de su gobierno. Cómo escribí en un artículo anterior:
En Julio del 2012, después de declaraciones del régimen de Bashar al Assad respecto de usar armas químicas contra “agentes agresores” en la guerra civil en Siria, el presidente norteamericano, Barack Obama, dijo en agosto que “una línea roja” será cruzada por Assad si fuera a usarlas. A los pocos meses de tal advertencia la dictadura baathista las usó al menos una veintena de veces, la retaliación norteamericana jamás llegó. El dictador de una nación de segundo rango apostó a que el líder de la superpotencia no tenía cojones…y acertó.
Las reacciones frente a la debilidad de Obama empezaron a ser más frecuentes: el año 2014, pocas semanas antes que Obama viajara a Estonia, agentes rusos infiltrados secuestraron al jefe de la inteligencia de Estonia y fue mostrado en la televisión rusa. La respuesta de Obama frente a tal acto fue hacer nada. Esto, después de negar ayuda militar a Ucrania frente a la invasión de Crimea y no reaccionar a la presencia de tropas rusas en Donetsk. Dejó en claro que los EEUU, bajo Obama, podían ser pasados a llevar en la arena internacional.
Xi, el primer secretario chino, al ver que el precio de atacar los intereses de los EEUU tenía costo cero, decidió humillar a Obama públicamente en septiembre del 2016. Cuando aterrizó el Air Force One en Hangzhou para la cumbre del G20, Obama no fue recibido en el aeropuerto por ninguna autoridad de rango y debió bajar de su avión por la salida trasera al no poner los chinos la escalera principal, y, para colmo, un periodista de la delegación americana fue agredido por la policía.
En la arena internacional, si no eres capaz de cumplir tus amenazas, ni siquiera esperes que te respeten en público.
Por el otro lado, el primer secretario Chino tiene muy claro el rol del Honor en las relaciones internacionales y el uso que tiene previsto para el ejército chino, cómo dijo en un discurso hace pocos meses atrás:
“Creo firmemente que nuestro ejército heroico tiene la confianza y la capacidad para derrotar a todos los enemigos que se atrevan a ofender [a China]”
Rencor
Tucídides menciona la Envidia cómo factor final en las relaciones internacionales. Pero la envidia hace referencia sólo a la inquina sentida frente a alguien que tiene más que uno. En cambio el Rencor hace directa referencia a humillaciones pasadas, cuentas pendientes entre naciones y el hecho de sentirse inferior a otro. El rencor es sumamente irracional y muy humano. Quizás esta palabra es una mala traducción de mi copia del libro, porque el autor deja claro que fue el Rencor uno de los factores que impulsó la guerra.
Tucídides narra que los Corintios rechazaron las tentativas diplomáticas atenienses para solucionar su conflicto con Corcira y se enfrentaron en un combate naval inconcluso contra Atenas y Corcira. El odio que Corinto sentía contra Corcira por humillaciones pasadas era tal que la polis empujó a Esparta y al resto de sus aliados a declarar la guerra contra Atenas con tal de castigar a su antigua colonia.
Actualmente tenemos ejemplos de naciones que son movidas principalmente por el rencor de hechos pasados. La población china tiene una inquina de proporciones contra Japón por los crímenes cometidos en su territorio hace más de ocho décadas. Perú y Bolivia todavía no superan la humillación sufrida en manos de Chile durante la Guerra del Pacífico en 1881, sus clases políticas se aseguran de mantener vivo tal rencor enseñando una particular versión de tal guerra en sus colegios. Ambas naciones tienen como objetivo de su política exterior recuperar todo o parte de los territorios perdidos en esa guerra.
Junto a estos cuatro factores voy a agregar dos características que definen a todas las naciones, ejemplos de ambas características se pueden leer en el artículo anterior.
- Salvo en caso de directa amenaza externa, la política exterior está supeditada a la interior.
- Las naciones usualmente transmiten de manera abierta y leíble sus intenciones, los estados no son cajas negras.
Conclusión
En resumen, esta nueva teoría basa en los siguientes puntos explicados antes:
- Los estados son los actores principales del sistema internacional
- Es sistema internacional es anárquico
- El poder de los estados es un juego de suma cero y los estados aspiran a ser un Hegemón
- Los sistemas bipolares son más estables que los multipolares
- Las grandes potencias tienen la capacidad de destruirse unas a otras.
- Política exterior supeditada normalmente a la interior
- Los estados indican públicamente sus intenciones
- Cuatro factores humanos influyen en el actuar de las naciones: Interés, Miedo, Honor, Rencor
Tucídides quería dejarnos con su libro enseñanzas para el futuro. Él vivió en carne propia la guerra más cruenta vivida por los griegos, sobrevivió a la peste y al exilio. Esta guerra debilitó completamente a las polis griegas y jamás volvieron a ser un actor relevante en el mediterráneo, siendo absorbidas después por Macedonia y luego Roma.
Sus enseñanzas siguen siendo válidas hoy, la naturaleza humana no ha cambiado. Si bien es cierto que han habido avances diplomáticos y tecnológicos. Solo los segundos parecen tener una influencia: los organismos internacionales no tienen verdadero peso ni han detenido o prevenido una guerra. Por el otro lado la revolución tecnológica ha vuelto las guerras más caras y complejas. Adicionalmente el único factor completamente nuevo, la existencia de armas nucleares, ha moderado el actuar de las grandes potencias.
En esta teoría estoy dejando muchos factores de lado como: naciones revisionistas vs de status quo, organismos internacionales, aunque a estos últimos los considero completamente irrelevantes. Pero una teoría para explicar las relaciones internacionales debe ser lo suficientemente sencilla como para explicar el mayor parte de los comportamientos de las naciones y al mismo tiempo permitir que el grueso de la población pueda entenderla.
Esta teoría indica que el conflicto es inherente a las naciones y al ser humano, deja cualquier fantasía pacifista de lado. Solo los muertos verán el fin de las guerras.
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Fuente fotos: Columbia University
Libro fuente: Los Clásicos Historiadores Griegos, EDAF SA, 1972. Compilado con Herótodo
"Los nueve libros de historía"
; Tucídides
"Guerra del Peloponeso"
y Xenofonte
"Anábisis
"
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