¿Por qué escribo?

Tucídides, general ateniense durante la segunda guerra del Peloponeso, fue castigado con el exilio por su derrota en una batalla de segundo orden, nos dejó el primer relato que se considera como historia moderna: “La Guerra del Peloponeso”, donde además su amada Atenas sufrió una catástrofe de la que nunca se recuperó.

Adolf Galland, con apenas 30 años, fue el general más joven e inspector general de la Luftwaffe durante la SGM. Relata en su libro “Los primeros y los últimos” cómo, pese a sus esfuerzos titánicos, le fue imposible detener el bombardeo aliado y su propio trabajo era saboteado por Hitler, quien prefería ver Alemania destruida antes que admitir su derrota.

Ambos relatan lo más heroico y más bajo de la naturaleza humana en condiciones extremas. Y cómo el miedo, interés, deseo de venganza y el honor influyen para comenzar o seguir una guerra genocida.

De sus memorias debemos extraer enseñanzas para construir un mundo con naciones en equilibrio, no a base de ilusiones infantiles de pacifismo, sino usando las mismas fallas humanas para construir una realidad estable en el largo plazo.

Es lo que vivieron hombres como ellos lo que me impulsa a escribir estos artículos

Emilio Meneses Ponzini, mayo 2018