El Sistema Internacional – Cap. III: Estructuras estables versus inestables

Este es el tercero de una serie de artículos, los dos primeros se pueden leer aquí y aquí.

La teoría realista sostiene que la distribución de poder relativo entre las grandes potencias explica mejor porqué a veces las naciones son pacíficas y en otras son más propensas a entrar en guerra. Esto es independiente del tipo de gobierno que las dirige.

Según Mearsheimer, autor mencionado en el artículo anterior, existen 3 posibles estructuras de poder en un sistema internacional: bipolaridad, multipolaridad y multipolaridad desbalanceada. Siendo la bipolaridad la más estable que las otras.

Bipolaridad

Se entiende esta estructura cuando hay 2 grandes potencias en un sistema internacional, siendo el resto de los estados potencias menores o satélites de alguna las dos potencias. Un ejemplo de bipolaridad ha sido la URSS y sus naciones satélites versus EEUU y las naciones de la OTAN. Sostiene Mearsheimer que esta estructura es la más estable de todas las posibles, esto quiere decir, tiene menos chances de entrar en conflicto

Multipolaridad

Esta estructura comprende un sistema internacional con 3 o más grandes potencias, según Mearsheimer esta configuración es más inestable que la anterior. Ejemplos de esta configuración han sido la Europa post Napoleónica hasta 1890, donde ninguna potencia tenía una notoria superioridad sobre las otras.

Multipolaridad desbalanceada.

Esta estructura es similar a la anterior, pero una de las potencias, dado su poder económico, población y capacidad militar, es candidato a Hegemón. Su situación es tal que es capaz de ganarles militarmente en tándem a todas las otras naciones a menos que establezcan una alianza contra ella. Tres casos de multipolaridad desbalanceada que menciona Mearsheimer son: la Francia Napoleónica, la Alemania Guillermina y la Alemania Nazi. Todos estos casos terminaron en conflicto abierto. La razón estructural para que este sistema sea inestable es causado por 2 factores: “buck-passing” y la dificultad de coordinar alianzas.

Buck-passing: pasando el bulto

La estrategia más usual que usan el resto de las grandes potencias para enfrentar al futuro Hegemón hace referencia al incentivo que tienen las naciones en hacer que un tercero asuma el costo de enfrentarse a la amenaza. Esta estrategia es doble: usualmente es aumentar las fuerzas militares propias y al mismo tiempo buscar buenas relaciones con la mayor potencia. Todo esto con el objetivo de transformarse en un blanco militar menos atractivo para el candidato a Hegemón y que este se enfoque en otro contrincante.

Francia y Unión Soviética: un ejemplo de pasar el bulto

Esto fue exactamente lo que hicieron Francia y la Rusia Comunista frente a la Alemania Nazi durante la década de los 30: buscar buenas relaciones con Alemania y rearmarse, mientras que las relaciones diplomáticas entre ambas antiguas naciones aliadas empeoraban dramáticamente, principalmente por la dificultad de la Unión Soviética de amenazar Alemania a través de Polonia 1. Finalmente la URSS decidió firmar un pacto de no agresión con la Alemania Nazi, donde se dividían Polonia y con ello esperaba que Alemania se desgastara en una larga guerra con Francia e Inglaterra.

Francia por su parte fue incapaz de armar una alianza de contención con Checoslovaquia y Polonia, principalmente por la desconfianza de los segundos en las verdaderas intenciones del primero2. Adicionalmente esto empeoró con la estrategia de apaciguamiento llevada por el primer ministro Inglés, Chamberlain, estrategia que veremos en un futuro capítulo.

La dificultad de coordinar alianzas

Como mencionamos arriba, otro factor que impide a naciones actuar coordinadamente contra un enemigo es la dificultad de trabajar en conjunto. Esto se debe principalmente a dos factores: la enorme dificultad de unificar el mando de las fuerzas de distintas naciones y los objetivos disimiles o contrapuestos entre las naciones aliadas.

Un buen ejemplo de lo primero fue el mismo Eje Alemania-Italia-Japón en la SGM. Japón nunca actuó coordinadamente con sus aliados europeos, comenzando la guerra con EEUU sin consultar a sus aliados, también negándose a invadir Rusia cuando Alemania comenzó la operación Barbarossa en 1941. Las descoordinaciones entre Italia y Alemania eran similares, como cuenta el as de la Luftwaffe Johannes Steinhoff, nunca tuvieron un mando unificado para coordinar sus fuerzas aéreas durante la invasión aliada de Sicilia3.

El bando aliado tampoco estuvo exento de dificultades, los intereses contrapuestos de Rusia, Inglaterra, Francia y EEUU de cómo debería verse la Europa de post guerra eran cada vez más evidentes a medida que se acercaba el fin de la guerra. Inglaterra incluso preparó planes para atacar Rusia una vez derrotada Alemania, plan llamado: Operation Unthinkable4.

Solo yo puedo hacer algo, la estable bipolaridad

Mearsheimer sostiene que la bipolaridad es estructuralmente más estable por la sencilla razón que las dos grandes potencias están obligadas a asumir ellas mismas el costo militar y económico de contener al contrincante. No están en condiciones de pasar el bulto al ser ellos la única otra gran potencia. Al ser además la nación más grande pueden imponer condiciones a sus naciones aliadas secundarias. Durante la guerra fría EEUU logró vender su material bélico a sus naciones aliadas y obligarlas a estandarizar una serie de productos, como la munición 5.56mm. La Unión Soviética fue aún más dura con las naciones del pacto de Varsovia, cómo cuenta el Coronel Checo Jan Senja, todos los ministerios de defensa en Europa Oriental eran dirigidos en la práctica por un “asesor militar” ruso5.

Ahora bien, la bipolaridad puede terminar en conflicto abierto si la relación de fuerzas favorece demasiado a una de las grandes potencias. Durante la Guerra Fría EEUU tenía una capacidad militar y económica varias veces superior a la Unión Soviética. Pero la existencia de armamento nuclear impidió a ambas naciones a entrar en un conflicto abierto y, paradójicamente, ahorrar gasto militar convencional. Tal arma y su filosofía las veremos en detalle en un futuro capítulo.

En conclusión, la teoría realista entrega una explicación bastante sólida para entender porqué las naciones entran en guerra, teoría que se puede aplicar a la estructura de poder actual en el mundo.

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Fuentes

  1. [Volver] Johnson, Shawnessy Yevonne. MA 1997 The Polish “sicknes” and franco-soviet relations 1934-1939. Master Arts. Simon Fraser University. summit.sfu.ca/system/files/iritems1/7403/b18794336.pdf
  2. [Volver] Ídem
  3. [Volver] Steinhoff, Johannes. Messerschmitts Over Sicily: Diary of a Luftwaffe Fighter Commander.  Stackpole Books. 2004
  4. [Volver] https://www.warhistoryonline.com/instant-articles/operation-unthinkable.html
  5. [Volver] Senja, Jan.We will bury you. Sidgwick & Jackson. 1982

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