Este es el segundo de varios artículos de Control de Armas, el primero se puede leer aquí.
Se puede estar a favor o en contra en dar acceso a la población armas con un poder de fuego más allá del necesario que para la legítima defensa. Pero a la hora de analizar una solución al problema es insuficiente sólo considerar el factor del acceso a las armas y no a las circunstancias que originan tal tipo de asesinos.
¿Es la restricción de armamento la solución a las masacres?
Si analizamos la historia de ataques en los colegios tanto en EEUU como en el resto de occidente donde hay registro [1][2], vemos en primer lugar que las masacres donde se busca matar el máximo número de personas comienzan a fines de la década de los 80, es relativamente nuevo. ¿Por qué si en décadas anteriores no ocurrían cuándo habían incluso más personas que eran dueños de armas? Lo único que se puede dejar en claro es, si bien las armas facilitan las masacres, nos es el factor que las gatilla.
Hijos sin padre y la guerra contra los niños
Sostiene Warren Farrel, Ph.D. que el factor en común de todos casi todos los tiroteos escolares en EEUU es la ausencia del padre o una figura paterna durante la vida del victimario. Según él, esta ausencia deja al adolescente sin un ejemplo de rol masculino positivo durante su desarrollo: un niño necesita estar expuesto a un hombre responsable para convertirse en uno. La idea no es descabellada, ya en 1988 en EEUU, los niños sin padre tenían casi el doble de probabilidades de tener comportamiento antisocial o depresión [3], en Inglaterra la data apunta en la misma dirección [4]. Toda la evidencia apunta que la presencia del padre en el entorno familiar del niño ayuda en su desarrollo emocional y previene la aparición comportamientos antisociales.
Cristina Hoff Sommers, filósofa y autora del libro “The War Against our boys” y famosa feminista, sostiene que el actual sistema educacional en occidente trata a los niños como niñas disfuncionales, donde cualquier acto aparentemente agresivo o físico propio de un niño es castigado. Sommers relata casos donde los padres son llamados por profesores porque su hijo hace un dibujo sobre piratas que decapitan a sus víctimas, o castigan a un grupo de niños por simular que juegan a dispararse [5] cosas totalmente normales si incluso miro en mi propia infancia.
La evidencia científica es clara: el juego rudo y agresivo es tan importante para los varones que si no lo hacen su cerebro no se desarrolla correctamente [6]. Un tema interesante investigando de este tema es que las mujeres que no crecieron con hermanos varones no son capaces de distinguir entre juego rudo de una pelea de verdad versus el 85% de los hombres o mujeres que crecieron con hermanos varones [7], por eso considero personalmente importante tener también profesores hombres en los colegios, sobre todo si cada vez tenemos más personas que son hijos únicos. Esto explicaría en buena parte, según Sommers, que el rendimiento escolar y universitario de los hombres es hoy inferior al de las mujeres y que tantos hombres tengan problemas de adaptación social en occidente. Sommers viene denunciando esto hace más de 15 años, ya varias generaciones de niños han sufrido tal daño.
Odiando la existencia misma
Carl Panzram, psicopata y asesino en serie: últimas palabras a sus verdugos antes de ser ejecutado
Jordan B Peterson, hoy renombrado psicólogo clínico va más allá: sostiene que estos asesinos en masa consideran que la vida misma es tan cruel que no debe existir. Y para probar su punto deciden eliminar lo que la sociedad considera más sagrado: nuestros hijos. Peterson indica que ellos no han alcanzado una parte fundamental del desarrollo psicológico humano: aceptar que la vida es finita, condenada al sufrimiento, injusta y a veces llena de malevolencia; pero pese a eso saber aceptarla y sacar lo mejor de uno mismo. Y esa carencia psicológica los llena de resentimiento contra el mundo. [8]
Peterson indica que son usualmente las religiones quienes entregan tal narrativa para enfrentar la vida, cuando eliminamos la religión de nuestra sociedad, y al no tener un sustituto secular de ese mecanismo psicológico, podemos quedar más vulnerables a caer en resentimiento y nihilismo en caso de sufrimiento o fracaso. No por nada sostiene Peterson que en el antiguo testamento la primera historia de seres completamente humanos, los hermanos Caín y Abel, uno mata al otro por envidia y para dañar a Dios mismo.
Los leones del Islam
Estos tres puntos de vista anteriores nos puede explicar fenomenológicamente del porqué de tales masacres y también entender otros fenómenos que para la opinión pública parecen no tener sentido. Hay otros caso donde cientos hombres jóvenes deciden matar personas inocentes en masa, muchos nacidos y educados en occidente.
Durante el peak de ISIS en medio oriente durante el 2013 al 2015 miles de ciudadanos europeos, en su gran mayoría hombres jóvenes, decidieron ir al recién creado califato islámico bajo la promesa de conquista, matar infieles, tener esclavas sexuales y todo bajo bendición divina. Era una oferta demasiado buena de rechazar para miles de jóvenes musulmanes que no sólo odian occidente, sino además pasaron por un sistema escolar afeminado y que los trataba como niñas mal comportadas [9]. El Islam ofrece una cosmovisión tremendamente masculina, ISIS simplemente le inyectó esteroides. ISIS se promocionaba mostrando en video sus masacres, atrayendo aún más adeptos. Ni la Alemania Nazi, ni la Rusia comunista se habrían atrevido a hacer eso para atraer voluntarios y promocionar sus gobiernos.
Las masacres y el sillón de Don Otto
Otra reacción preocupante es la siguiente: cada vez que el NRA o políticos conservadores en EEUU proponen frente a estas masacres armar a profesores y poner guardias armados, la reacción apasionada de muchos de izquierda se puede resumir en que “no podemos exponer a nuestros niños a esas armas”, “debemos sensibilizar a la ciudadanía” o “el colegio es un lugar de inocencia y juego”, y se concentran en controlar las armas en vez de quienes comenten la masacre como en este artículo [10].
Pero siguen ignorando el punto principal: no puedes proteger eternamente a los niños del mal, especialmente si el mal puede ser uno de los mismos alumnos, sólo puedes prepararlos para enfrentar el mal y tomar medidas directas para protegerlos.
El tiempo de inocencia ya pasó, los escolares saben que hay gente que los quieren asesinar, usualmente otro escolar, y tratar de prohibir o regular las armas legales es jugar al sillón de Don Otto [11], los asesinos no sólo seguirían sueltos, el mismo sistema educacional los está produciendo en masa.
Si como sociedad occidental queremos detener tal tipo de masacres, antes de regular las armas, debemos primero preocuparnos de no seguir produciendo hombres disfuncionales en nuestros colegios.
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[1] https://en.wikipedia.org/wiki/List_of_school_shootings_in_the_United_States
[2] https://en.wikipedia.org/wiki/School_shooting
[3] https://www.cdc.gov/nchs/data/series/sr_10/sr10_178.pdf
[4] https://www.theguardian.com/society/2001/apr/05/crime.penal
[6] http://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1111/j.1467-8721.2007.00483.x?journalCode=cdpa
[7] https://www.psychologytoday.com/blog/growing-friendships/201506/do-boys-need-rough-and-tumble-play
[8] https://www.youtube.com/watch?v=GYua-3JmnT4
[9] http://www.dailymail.co.uk/femail/article-10595/Are-schools-biased-boys.html
[10] https://www.psychologytoday.com/blog/the-fight-against-hate/201803/arming-teachers-good-or-bad-idea
[11] Un amigo pone de sobre aviso a don Otto: su mujer lo engaña en su sillón favorito. Decidido a verificar la trampa, don Otto decide llegar más temprano a casa para sorprender a los amantes en el acto. Al atraparlos en pleno, decide cortar el problema de raíz…y para hacerlo, vende el sillón.
What ?
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