Los conflictos que vendrán – 1: Terrorismo y proxys

De tarde en tarde son publicados nuevos reportes sobre las futuras amenazas que asolarán al mundo: cómo desarrollos tecnológicos o daños medioambientales generarían nuevos riesgos. Otros vuelven a mencionar el peligro de armas nucleares, químicas o biológicas. Varios escriben sobre la “guerra hibrida”, ciber-guerra, “nuevas formas de combate” y terrorismo. ¿Qué tan realistas son estos cambios y/o nuevas amenazas?

Lo que quiero proponer es lo contrario: las reglas del juego internacional y razones de conflicto entre las naciones no han cambiado realmente y la forma de combatir tampoco. Comparado con el siglo XX habrán pocos cambios, solo actores más fuertes o débiles. En este artículo me concentraré en el terrorismo y guerra asimétrica.

Terrorismo y estados ineptos

Los grupos insurgentes son usualmente una forma de hacer guerra por proxy, donde una tercera nación apoya con dinero, armamento e incluso soldados a un grupo irregular para enfrentar a las fuerzas de otro estado

Muchos, cuando mencionan el ataque a las Torres Gemelas el 2001, olvidan que fue completamente excepcional y un ataque así de espectacular no se ha vuelto a repetir. Su éxito fue debido más a la ineptitud de los departamentos de inteligencia americanos que a la capacidad organizativa de Osama bin Laden.

Pese a los dramáticos métodos usados por grupos terroristas, los Estados siempre tienen la capacidad de erradicarles; pero sólo si tienen la voluntad política para hacerlo, usualmente saltándose el estado de derecho convencional.

Francia en 1956 aplicó en Argelia brutales políticas anti-subversivas que erradicaron casi completamente la amenaza terrorista en su colonia, incluyendo tortura y desaparición. Fue solo la presión política americana la que obligó a de Gaulle a ceder la independencia a Argelia1. En los años 70, gracias al entrenamiento de esas fuerzas francesas, los gobiernos militares de Argentina, Brasil y Chile aplicaron exitosamente la misma estrategia antisubversiva para eliminar movimientos terroristas de izquierda. Tal estrategia, claro, deja secuelas sociales y políticas tales que pocos líderes se atreven a implementarla.

Frente a la amenaza de Al-Qaida EEUU no tuvo problemas en detener indefinidamente sospechosos de terrorismo en su base militar en Guantánamo. Y lo sigue haciendo hasta el día de hoy. Tampoco tiene reparos en usar métodos agresivos para interrogar sospechosos, como el “waterboarding”. EEUU está lejos de usar la estrategia francesa, pero está actuando definitivamente fuera de su propia legislación.

En Colombia las FARC tampoco rompen esta regla. Fue la corrupción y debilidad del gobierno colombiano junto a garrafales errores políticos, como las zonas desmilitarizadas, lo que permitió su crecimiento. Una vez que el gobierno decidió tomar el toro por las astas las FARC solo han visto derrotas militares y la pérdida del territorio controlado. Hoy únicamente gracias al apoyo del gobierno venezolano han logrado mantener parte de su infraestructura política y militar intacta. Lo que nos lleva al siguiente tema: Proxys.

Guerra por proxy

Los grupos insurgentes son usualmente una forma de hacer guerra por proxy, donde una tercera nación apoya con dinero, armamento e incluso soldados a un grupo irregular para enfrentar a las fuerzas de otro estado. En Vietnam el Vietcong sólo sobrevivía gracias al apoyo militar chino y soviético. En Afganistán la URSS veía como grupos yihadistas derribaban sus helicópteros con misiles americanos.

Durante la ocupación americana en Irak, un porcentaje no menor de las fuerzas insurgentes eran extranjeros apoyados por Irán y Siria, países desde donde salía parte importante sus recursos.

La misma lógica aplica para las “Fuerzas independentistas” en el Donbass, Ucrania. Cómo detallé extensamente en un artículo anterior, eran simplemente un títere en manos del gobierno ruso. Lo mismo sucede con Medio Oriente con Hizbula, Hamas y varias milicias chiíes en Iraq; son una extensión de las fuerzas iraníes con otro nombre.

ISIS se podría considerar la única excepción a la regla, pero un análisis detallado indica que actuaban con el beneplácito turco, una vez que Turquía selló sus fronteras, dejaron de recibir hombres y material con los que seguir combatiendo. Perdiendo rápidamente territorio frente a las tropas rusas, sirias y kurdas.

soleimani
Soleimani gustaba de publicar memes en su cuenta en Instagram haciendo alusión a destruir los EEUU. Fuente: https://www.longroom.com/discussion/1142904/top-iran-general-ready-for-jihad-posts-white-house-explosion-pic-on-instagram

Esta semana el asesinato del general de la Guardia Revolucionaria iraní, Qassem Soleimani, en un ataque americano en Irak es consecuencia directa de una guerra por proxy. Soleimani era el responsable directo de todos los esfuerzos de insurgencia iraní en medio oriente para establecerse como el principal actor en la región. Trump simplemente le disparó a la cabeza de la serpiente, dejando en claro al gobierno iraní que están dispuestos a tomar al toro por las astas. Todavía esta por verse la respuesta iraní, aunque dudo que sea más de lo mismo: insurgencia y más atentados. Una guerra abierta contra el “gran satán” es un suicidio geopolítico para los ayatolas.

En resumen, grupos insurgentes o irregulares no son algo nuevo ni presentarán una especial amenaza por si mismos durante el s. XXI. Sólo han tenido éxito bajo el apoyo de una nación externa y/o debido a la debilidad del gobierno al cual combaten.

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Fuentes

  1. [Volver] General Paul Aussaresses. Enigma Books 2002. “The Battle of the Cashbah. Counter-Terrorism and Torture”

Fuente foto portada: zerohedge.com

 

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