El 6 de septiembre del 2018 el candidato presidencial Bolsonaro en Brasil sufrió un intento de homicidio que fue casi exitoso en manos de un individuo supuestamente desequilibrado. La mayor parte de los políticos brasileros condenaron en fehacientes términos el atentado, pero Dilma Rousseff relativizó lo ocurrido, indicando que “el lenguaje de Bolsonaro fue lo que provocó tal ataque” [1]. Tal comentario se ha escuchado bastante, incluso en el caso del ataque al político chileno Jose Antonio Kast: “él se lo buscó”
¿El ataque sufrido por Bolsonaro fue causado por su lenguaje nacionalista y nostálgico del orden?, ¿habrá otra posible explicación al ataque? Lo que planeo proponer es la segunda alternativa: los ataques sufridos por Bolsonaro y otros políticos de derecha en el mundo no fueron debido a sus posturas nacionalistas o “extremas”, sino a que buena parte de la prensa y el resto de la clase política pintaron un blanco de tiro en sus espaldas.
Izquierdistas e islamistas que caminan sin miedo
Varias veces hemos leído en medios de prensa que la presencia de un personaje polémico “provocó” actos violentos. La falla central del argumento que un político o líder tiene más chances de sufrir agresiones espontaneas si tiene un mensaje extremo es que existen demasiados casos de tales personas con un mensaje radical que pueden caminar por la calle sin miedo. En Europa no hay casos de ataques “espontáneos” a líderes islamistas, pese a sus nefastas declaraciones públicas.
Otro caso es la extrema izquierda: en Alemania existe un caso particular con el nuevo partido de derecha populista, el “AfD”, partido que sufre constantemente ataques a sus sedes y en sus mítines [2], el AfD ha crecido en parte a costa de ex votantes del partido de extrema izquierda “Die Linke” [3]. Este último es bastante más impopular frente a la opinión pública que el primero [4], pero nunca ha sufrido el mismo nivel de agresión que vive el AfD pese a sus posturas evidentemente antidemocráticas que posee este partido de izquierda [5].
Llamando a “detener” a los racistas
Los violentos ataques que sufre el AfD en Alemania, o los intentos de homicidio contra Bolsonaro en Brasil y del diputado Steve Scalise en EEUU en manos de un voluntario de Bernie Sanders [6] tienen un denominador en común: los políticos opositores los trataban con los peores epítetos: “nazis”, “racistas”, “homofóbicos“, o comentarios como “deben ser detenidos”, y buena parte de la prensa muestra una abierta predisposición a alimentar tales declaraciones.
En EEUU los llamados a incitar violencia de parte políticos y medios de prensa de izquierda contra conservadores están tomando proporciones peligrosas [7]. Las declaraciones de la parlamentaria norteamericana Maxine Waters que llamaba abiertamente a sus seguidores a “armar grupos y detener a cualquier funcionario de la administración de Trump” es sólo uno de los ejemplos más groseros [8]
En el fondo el histrionismo usado es una estrategia para silenciar al oponente político mediante su deshumanización en los medios de prensa, obligándolo a restringir sus movimientos y siempre estar a la defensiva.
Invitando a que alguien haga algo radical
Maxine Waters llamando a atacar a funcionarios del gobierno de Trump
Esta estrategia de deshumanización del oponente y esperar que algún loco haga el trabajo sucio no es nueva. Sea en manos de miembros del estado o de “individuos desequilibrados”, la fase inicial para acatar a un oponente político o una minoría a ser exterminada es deshumanizar al blanco a ser atacado. Uno de los casos más representativos fue el caso del genocidio en Ruanda, donde el gobierno y su prensa afín trato durante meses de antemano a los tutsis cómo “cucarachas”.
La clase política en Europa es consciente de este hecho, por lo mismo acallan inmediatamente cualquier ataque contra los musulmanes en las redes sociales. Saben perfectamente que sí esta minoría fuera criticada en la prensa o en las redes sociales de manera sostenida y visceral, sería interpretado por los más “desequilibrados” o radicales como un llamado a atacarles en la calle.
Chile no está libre de este fenómeno, el ex candidato presidencial José Antonio Kast fue blanco sistemático de tal tipo de acusaciones en la prensa, que terminaron en una peligrosa agresión en una visita durante una universidad. Las celebraciones en las redes sociales y las relativizaciones en manos de políticos de izquierda después de tal ataque es reflejo del fenómeno aquí explicado.
“Be careful what you wish for”…
Después de las declaraciones de Maxine Waters incitando a atacar a funcionarios del gobierno, Trump le respondió escuetamente: “cuidado con lo que pides”. Esta estrategia es un arma de doble filo, si bien puede servir a acallar a los oponentes en el corto plazo, usualmente el resultado es enseñarle a la oposición a usar la misma estrategia. ¿Qué pasaría si grupos políticos de derecha empezaran a referirse sobre la izquierda más dura como: “son gente malvada que defiende ideas genocidas y peligrosas, ellos deben ser detenidos, hay que hacer algo”?, tras repetir tales comentarios por algunos años los políticos y líderes de izquierda, tanto dura como de centro, deberán empezar a tener un mayor resguardo policial. Cualquier comentario que hagan se sacará de contexto y será usado para atacarles.
Los ataques sufridos hoy por políticos conservadores puede transformarse prontamente en ataques contra políticos de izquierda y tensionar aún más el dialogo político. En política es usual usar la hipérbole y tergiversar las posiciones del oponente, pero deshumanizarlo para permitir su ataque es una estrategia de destruye rápidamente una democracia.
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[2] http://www.faz.net/aktuell/politik/gewalt-gegen-afd-mitglieder-mit-zweierlei-mass-14233720.html
[6] https://edition.cnn.com/2017/06/14/homepage2/james-hodgkinson-profile/index.html
[7] https://www.investors.com/politics/editorials/trump-supporters-attacks-violence-hatred-media-bias/
El artículo trata de plantear que estos líderes de derecha fueron víctimas de los ataques por la supuesta intolerancia de otros del sistema hacia lo que plantean.
Algunas critcas a este planteo:
– La hipótesis omite que los medios y la clase política tienen mayor intensidad de ataque hacia Lula y el PT por ejemplo, más que a Bolsonaro. Y no por eso hubo atentados en contra de estos sectores.
– La paradoja de la tolerancia d Popper. Plantea no tolerar este tiponde discursos, siempre dentro y con las leyes del sistema democrático.
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Hola Fernando, sobre la cita a Popper, aquí directo de su libro La Sociedad Abierta y sus Enemigos dice claramente:
“Con este planteamiento no queremos significar, por ejemplo,que siempre debamos impedir la expresión de concepciones filosóficas intolerantes; mientras podamos contrarrestarlas mediante argumentos racionales y mantenerlas en jaque ante la opinión pública, su prohibición sería, por cierto, poco prudente. Pero debemos reclamar el derecho de prohibirlas, si es necesario por la fuerza, pues bien puede suceder que no estén destinadas a imponérsenos en el plano de los argumentos racionales, sino que, por el contrario, comiencen por acusar a todo razonamiento; así, pueden prohibir a sus adeptos, por ejemplo, que prestan oídos a los razonamientos racionales, acusándolos de engañosos, y que les enseñan a responder a los argumentos mediante el uso de los puños o las armas.”
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