Uno de los casos de estudio más interesantes en la historia del cambio climático, es el Groupthinking ocurrido dentro de la Universidad de East Anglia y los cercanos al científico Michael Mann. Sus consecuencias se viven hasta hoy.
El Hockeystick
Foto Michael Mann, Fuente: cclseattle.com
El año 1999 el investigador Michael Mann y su equipo, publicaron un paper titulado “Northern Hemisphere Temperatures During the Past Milenium” que mostraba un notable gráfico de temperatura mundial, parecía un palo de hockey. Ya que mostraba una temperatura estable durante los últimos 1000 años y un alarmante incremento en el siglo XX1.
El gráfico de tal paper dio la vuelta al mundo, siendo portada de todos los medios debido a lo espectacular y dramático de su resultado. Se generaron enormes campañas de relaciones públicas para concientizar sobre los peligros del calentamiento global antropogénico. Tal gráfico se sigue usando hasta el día de hoy en muchos lugares. Fue también incorporado al reporte del IPCC 2003, donde Mann y su equipo trabajaba activamente.
Fig. 1: Gráfico del Hockeystick. Fuente: desmoblog
Pero la historia no terminó ahí, al experto en estadística Steven McIntyre le llamó sumamente la atención el inusual patrón de temperatura mostrado por el gráfico, por lo que solicitó a la universidad la base de datos usada para el paper. La sorpresa al usar la base de datos fue mayúscula. En primer lugar, no le fue posible reconstruir la temperatura mostrada con tal información. En segundo lugar, la base de datos consistía de dos fuentes: una con temperaturas reconstruidas mediante proxys de anillos de árboles para antes del año 1960 y otro para temperaturas medidas por termómetro para medir el siglo XX. Mann et al estaban mezclando peras con manzanas. McIntyre descubrió otra cosa: si se usaban los anillos para medir temperatura hasta el presente la temperatura no mostraba cambios: El resultado de Mann era fraudulento.
Tiempo después Steven McIntyre y el economista Ross McKritick publicaron un paper con los resultados encontrados, generando mucho revuelo en la comunidad científica y la opinión pública. Mann no se quedó de brazos cruzados, comenzó a demandar judicialmente a todo aquel que osara decir en público que su gráfico era un fraude. El año 2012 demandó a la revista National Review y al comentarista Mark Steyn por difamación, habían osado declarar que su gráfico y sus métodos eran un fraude, el juicio aún no se resuelve2.
Posteriormente, comenzó una campaña de relaciones públicas para defender el gráfico, Mann escribió incluso un libro3, donde denunciaba todo tipo de acoso y amenazas sufridas, y que, «el lobby de las petroleras» era quien estaba detrás de todos los científicos «anticlima»
Las controversias que rodean a este científico son paradójicas, ¿cómo es posible que alguien que llegó a tener un puesto de alta influencia dentro del IPCC pueda estar involucrado en semejantes escándalos?, ¿cómo es posible que, pese a tal fraude, no perdió aparentemente ningún prestigio frente a buena parte de la comunidad climática?
La respuesta a tales incógnitas fueron resueltas en otro giro inesperado que además selló la reputación de Michael Mann para la infamia: Climategate.
Climategate: una ventana dentro de la comunidad climática
Los años 2009 y 2011 fueron filtrados correos del Climate Research Unit (CRU) de la Universidad de East Anglia (UEA). Este departamento estuvo a cargo de preparar los resultados de varios reportes del IPCC, trabajando estrechamente con Michael Mann. Casi diez años de correos fueron publicados y, hasta el día de hoy, no se sabe quién los filtró.
Inmediatamente muchas personas empezaron a leer dentro de los miles de correos publicados. Aparecieron varias sopresas de cómo era la cultura interna dentro de tal instituto.
El total de los correos filtrados el año 2009 puede descargarse aquí, y del año 2011 aquí. Un buen resumen de los más importantes se puede ver acá.
La mayor parte de los correos son intercambios comunes y corrientes entre colegas, pero varios muestran aspectos sorprendentes de su comportamiento interno y conflictos con expertos fuera de su círculo cerrado. Uno de los más interesantes es el reproche público que hace Michael Mann en un correo de febrero del 2007 a otro colega, Curt Covey, por haber respondido a otro grupo de científicos a los que él tilda de «negacionistas” y «charlatanes»4. Hablar con el ‘bando contrario’ es anatema y debe haber escarnio público por tal pecado.
En un correo de julio del 2003, Mann escribe abiertamente para presionar al Journal alemán ‘Inter-Research’ para remover a un editor, Chris de Freitas, por aprobar dos papers de Willie Soon, un experto solar que Mann considera un «negacionista»5. En un correo de septiembre del 2009, Mann escribe a Phil Jones que todos los ataques que reciben son ‘campañas coordinadas y financiadas por «corporaciones»’6. Su actitud parece propia de alguien que cree en teorías conspirativas.
En otro correo, de junio del 2003, Mann responde con evasivas a Keith Biffra quien le indicaba su «preocupación» de eliminar de sus modelos predictivos bases de temperatura que no coincidían con el resultado esperado7. Evidentemente para mostrar temperaturas más altas a las reales.
Otros profesionales de la universidad de East Anglia, Bo Kjellen y Asher Minns, discuten en un correo de febrero del 2004 la conveniencia de reemplazar el término «Calentamiento global» por «Cambio Climático»8. Recuerdo perfectamente cómo años atrás la palabra Calentamiento Global fue cambiada mágicamente por Cambio Climático en la prensa, hoy la frase de moda es «Emergencia Climática».
Otro grupo de correos refleja intentos de combatir tal postura, todos de parte de científicos fuera del círculo de Michael Mann. Uno de los correos que muestra críticas con mayor encono es de Hans von Storch del Institute for Marine and Atmospheric Research Utrecht, quien en un correo de marzo del 2009 indica que la reconstrucción climática se está volviendo «ciencia post-normal» e influenciada por «activistas ideologizados»9. Su correo es premonitorio.
Climate research has become a postnormal science, with the intrusion of political demands and significant influence by activists driven by ideological (well meant) concerns. On the other hand, we have to defend the credibility of our science.
Rod Savidge, científico experto en dendrocronología de la Universidad de New Brunswick, en un correo de noviembre del 2002, reta a Hal Fritts y su equipo por la reinterpretación antojadiza de los anillos de árboles, recordándole que existen demasiados factores que influyen en su crecimiento, y que no buscan encontrar la verdad.
The bounds of dendrochronology will be extended, as will confidence in dendrochronological reports, when your group stops pretending that it knows the answers before it has done the needed research. Again, I am troubled by your group that it shows little humility, no genuine desire to discover the truth.
Una de sus frases para el bronce con que termina su correo es:
If your referring to the impact of climate change on earth, you’re overlooking the geological record that clearly indicates climate change has occurred frequently and is normal to our planet. You may also want to consider that trees have been around for several hundred millions years, and that those of the Carboniferous lived on a globe much warmer than ours10.
El equipo de Mann no se quedaba de brazos cruzados frente a científicos que pensaban distinto, tales como von Storch y Savidge. En un correo entre Phil Jones, Michael Mann, y otros, de marzo del 2003, discuten presionar al Journal ‘Climate Research’ para que despidan al mencionado Hans von Storch, por haber aceptado un paper de Willie Soon y Sallie Baliunas11
Las maquinaciones de Mann a veces encontraron resistencia directa. En octubre del 2009, cuando compartío un gráfico para un artículo en el blog de Gavin Schmidt, hoy director del instituto Goddard de la NASA, en respuesta a una publicación en el blog del presentador meteorológico Anthony Watts, el ciéntífico Tom Wiegly le responde directamente que: ‘la figura [para el artículo] es engañosa’ y que ‘ya ha habido varias presentaciones deshonestas de algunos individuos y del IPCC’12, sin especificar nombres.
Hiding the decline
Un muy buen resumen de lo revelado inicialmente por Steve McIntyre y los correos de Climategate se puede ver en la presentación del científico Richard Muller del Departamento de Física de la Universidad de Berkeley. Donde resume claramente cómo Michael Mann alteró los resultados de bases de datos para el IPCC para mostrar calentamiento global, incluso donde no había, y lograr mayor presión pública.
Fig. 2: Data original vs. valores presentados al IPCC por Michael Mann.
Mann literalmente alteró los reportes para el IPCC sobre dendrocronología para aparentar un mayor calentamiento global, y su grupo de colaboradores no lo denunció cuándo cayeron en cuenta del fraude.
La presentación de Muller exponiendo del fraude de Mann se puede ver en un video aquí, y un resumen del caso escrito por la científico Judith Curry aquí.
¿Qué sucedió?: Groupthinking y megalomanía
Frente a todos estos correos nos queda la siguiente pregunta: ¿decidieron acaso todos estos investigadores dejar de lado el método científico y mentir para manipular la opinión pública?, ¿estamos frente a una conspiración de ecologistas radicalizados? La respuesta corta es no, pero sí estamos frente a un fenómeno propio de grupos humanos: Groupthinking.
Groupthinking es un término acuñado por el psicólogo Irving L. Janis13, quien explica que grupos humanos empiezan a tomar malas decisiones por presiones internas, tienden a realizar actos irracionales y deshumanizar a otros grupos. Grupos especialmente vulnerables a Groupthinking son aquellos cuyos miembros son muy homogéneos, fuerte y claro liderazgo de uno o pocos individuos, están aislados de la opinión de externos y no hay reglas claras para la toma de decisiones.
Los correos revelados por Climategate muestran varios síntomas de Groupthinking: Racionalización colectiva, creencia en su inherente superioridad moral, visión estereotipada de los disidentes (los «negacionistas»), presión directa a cualquier disidencia, a la vista en todos los emails de Michael Mann. A fin de cuentas, estos científicos demostraron ser sumamente humanos en su actuar y fueron víctima de sus propias creencias y estructura grupal.
Otro factor importante en juego es la megalomanía, donde Michael Mann es el representante máximo. En todos sus correos y libros se puede leer entre líneas que él siente estar librando una batalla personal contra las fuerzas del oscurantismo y da clara cuenta de su propia importancia en esta batalla. Incluso, en uno de sus correos a Phil Jones del año 1999, escribe que: ‘la historia nos dará el debido crédito por lo que estamos haciendo aquí’14.
Y lo más interesante de todo, Mann y su grupo cercano siguen, hasta el día de hoy, convencidos que todo lo perpetrado por ellos fue correcto y hecho por una buena causa.
Consecuencias del Climategate.
Varios años han pasado desde las revelaciones de Climategate. Pese a que el grueso de la prensa intentó minimizar las revelaciones de tales correos y una investigación interna del UEA lavó la imagen de los científicos involucrados, los efectos de tal destape están presentes hasta hoy.
Lo positivo: varios científicos comentan que ha mejorado la transparencia en la investigación climática: las bases de datos y modelos usados para hacer predicciones climáticas son hechas públicas inmediatamente por las universidades15. Tampoco es sorpresa que, poco a poco, los científicos climáticos están aproximando sus predicciones a lo que indicaban años atrás los mal llamados «negacionistas» o «escépticos»16.
Lo negativo: el caso de Climategate tuvo un impacto fuerte en la opinión pública norteamericana, dañando severamente la imagen de la comunidad científica climática, y además generando un cisma de opinión frente al tema entre personas de derecha o izquierda, como lo investigó el Pew Research Center17. Esto es preocupante, es una muestra del tribalismo izquierda-derecha que parece estar exacerbandose con el tiempo.
Lo que queda pendiente: un tema grave, aún sin resolver, son las falencias del peer review para investigación. Muchos Journals aún se niegan a publicar papers de científicos tildados de «deniers», sea por miedo a la represalia pública o simplemente aún estar atrapados en el Groupthinking climático. Algunos científicos han tenido que escribir con pseudónimo18, 19, y otros han recurrido a publicar en los llamados «predatory Journals» para poder publicar sus estudios20.
Lo más grave del caso es que: Michael Mann y su grupo no fue apartado de la academia. Tal falla de esta comunidad científica provocará un fuerte descrédito del área con el pasar de los años. Con el riesgo adicional de detener nuevos avances en el área por riesgo que ‘contradigan el consenso’. El futuro daño al avance del conocimiento en el campo climático es evidente.
Los científicos climáticos no son semidioses perfectos que manejan conocimientos más allá de la comprensión de los simples mortales, sino personas corrientes que pueden también caer en sesgos, tomar decisiones irracionales y mentir si piensan que lo hacen por una buena causa.
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Bibliografía
- [Volver] – Mann, Michael, Bradley, Raymond, 1999, ‘Northern Hemisphere Temperatures During the Past Millenium: Inferences, Uncertainties and Limitations’, Geophyisical Research Letters, Vol. 26, N.°6, PP-759-762, http://www.geo.umass.edu/faculty/bradley/mann1999.pdf
- [Volver] – Adler, Jonathan H., 2016, ‘Whatever happened to Michael Mann’s defamation suit?’, The Washington Post, accedido el 09.12.2022, https://www.washingtonpost.com/news/volokh-conspiracy/wp/2016/11/25/whatever-happened-to-michael-manns-defamation-suit-2016-edition/
- [Volver] – Mann, Michael, 2013, ‘The Hockey Stick and the Climate Wars: Dispatches from the Front Lines’, Columbia University Press
- [Volver] – FOIA 2011, 0112.txt, descarga completa
- [Volver] – FOIA 2011, 0255.txt, descarga completa
- [Volver] – FOIA 2009, 1254323180.txt, descarga completa
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- [Volver] – FOIA 2011, 4141.txt, descarga completa
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- [Volver] – FOIA 2011, 3366.txt, descarga completa
- [Volver] – FOIA 2011, 2884.txt, descarga completa
- [Volver] – Janis, Irving L., 1982, segunda edición, ‘Groupthink: Psychological Studies of Policy Decisions and Fiascoes’, Cengage Learning
- [Volver] – FOIA 2011, 3584.txt, descarga completa
- [Volver] – Curry, Judith, 2014, ‘The legacy of Climategate: 5 years later’, Blog Climate Etc, accedido el 09.12.2022, https://judithcurry.com/2014/12/01/the-legacy-of-climategate-5-years-later/
- [Volver] – Cockburn, Harry, 2017, ‘Global warming may be occurring more slowly than previously thought, study suggests’, Independent, accedido el 09.12.2022, https://www.independent.co.uk/climate-change/news/climate-change-global-warming-paris-climate-agreement-nature-geoscience-myles-allen-michael-grubb-a7954496.html
- [Volver] – Editorial, 2014, ‘The Politics of Climate’, accedido el 09.12.2022, https://www.pewresearch.org/science/2016/10/04/the-politics-of-climate/
- [Volver] – Guarino Ben, 2016, Entrevista a Ned Nikolov, ‘In Science, New Messages Mean More than the Messengers’ Names’, Blog TALLBLOKE’S TALKSHOP, accedido el 09.12.2022, https://tallbloke.wordpress.com/2016/09/25/ned-nikolov-in-science-new-messages-mean-more-than-the-messengers-names/
- [Volver] – Guarino Ben, 2016, ‘Scientists published climate research under fake names. Then they were caught’, The Washington Post, accedido el 09.12.2022, https://www.washingtonpost.com/news/morning-mix/wp/2016/09/19/scientists-published-climate-research-under-fake-names-then-they-were-caught/
- [Volver] – Kolata, Gina, 2017,‘Many Academics Are Eager to Publish in Worthless Journals’, New York Times, accedido el 09.12.2022, https://www.nytimes.com/2017/10/30/science/predatory-journals-academics.html
Artículo original publicado en noviembre del 2017, reeditado y actualizado en diciembre del 2022.
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