El domingo 21 de noviembre del año 2021 pasó a la segunda vuelta presidencial el candidato de derecha José Antonio Kast, del pequeño Partido Republicano.
Su avance electoral eclipsó al candidato de centro derecha oficialista, Sebastián Sichel. Este último, tras un muy mal desempeño en su campaña, parece haber sido abandonado por su coalición.
Frente a su meteórico desempeño desde septiembre del 2021 la reacción de muchos de izquierda, y del mismo Sichel, no ha podido ser más predecible: “Kast es un ultra derechista“, “Kast es de extrema derecha“, “Kast es un fascista“. Todas estas acusaciones son un simple hombre de paja
Incluso me ha tocado discutir con un profesor de filosofía que vociferantemente acusaba a Kast de promover odio, xenofobia y violencia. Pero al exigirle que produjera evidencia, o se quedaba corto o mostraba una entrevista de Kast que, tras verla varias veces, no pude encontrar ningún atisbo de odio, racismo o incitación alguna. Ahí es cuando caí en cuenta del error heurístico en que caen muchos de quienes critican a Kast: confunden ser conservador con ser fascista.
Kast no es de ultra derecha o fascista, como gritan algunos hasta el cansancio, sino conservador. Los valores conservadores dan enorme valor a la importancia de la familia tradicional, respeto a las religiones, la moral, la honestidad, el esfuerzo personal cómo única manera de ascenso social, conservar lo que existe en la sociedad y la disposición a arriesgar la vida defendiendo los intereses patrios. Todos los puntos que predica Kast se basan en estos valores y por eso resuenan en un grupo no menor de la población. Por ejemplo, criticar el matrimonio homosexual o el aborto no te hace de “ultra derecha“, es parte del set de valores conservadores.
Conservadores y liberales
Ser conservador no es per se una posición ideológica, sino una predisposición de tu temperamento. Cómo indica el psicólogo clínico Jordan B Peterson, uno nace conservador. Y cómo añade Jonathan Haidt, en una entrevista con Peterson, uno usualmente se vuelve más conservador con los años, especialmente si uno tiene hijos. Quieres ver la menor cantidad de cambios en la sociedad para garantizar que tu prole pueda usar la misma estrategia que te hizo exitoso.
Ser liberal (en el sentido anglosajón) también es por nacimiento, por temperamento prefieres experimentar cosas nuevas, te interesa de sobremanera que todos los miembros de un grupo humano sean exitosos o al menos sean tratados de igual forma, dando especial cuidado a quienes están en situación más precaria.
Conservador y Liberal son distintas formas de interpretar y actuar en el mundo, y desde la perspectiva de la evolución ambas nos han ayudado a sobrevivir como especie, a veces una postura conservadora es la correcta, en otras una liberal. El error que hoy en día muchos caen es confundir las preferencias predeterminadas por tu temperamento con un argumento racional y automáticamente asumir que quienes no piensan como uno deben ser o tontos, o irracionales, o malvados…o fascistas.
Es muy cómodo tergiversar y caricaturizar al oponente, te ahorra el esfuerzo de tener que escuchar su argumento, entenderlo, comprender sus fortalezas y mostrar sus debilidades. Muchos prefieren tildar a alguien de fascista porque les permite ser intelectualmente perezosos, especialmente contra Kast, que hasta el momento ha demostrado ser un oponente intelectual descollante. Es fácil acusarlo falazmente de fascista, lo difícil ha sido enfrentarlo en un debate.
Chile en una encrucijada.
El país donde termina la tierra ha sufrido en los dos últimos años una fuerte crisis que abarca la economía, la seguridad en las calles, narcotráfico, terrorismo independentista mapuche en la Araucanía y una crisis inmigratoria. A esto se suma una fuerte incertidumbre política por la falta de profesionalismo y escándalos en la Convención Constituyente, encargada de redactar una nueva constitución.
Esta incertidumbre permitió que Kast subiera en las encuestas apelando directamente a la población afectada por estos problemas. Su excelente lenguaje corporal, y capacidad de entregar un mensaje directo, le han catapultado más allá de lo pronosticado. El público chileno es bien particular: no le gustan los candidatos que mienten descaradamente, ni los que reaccionan de manera irascible. Y premiaron con su voto a Kast por ser un buen oponente durante los debates y también gracias a una campaña presidencial muy profesional. En una racha de varios años, sólo en el debate del 15 de noviembre tuvo un mal desempeño, pero no tan malo como para condenar su campaña.
Kast también ganó porque la centro-derecha tradicional se desfondó. Cometieron el error de abandonar ideas conservadoras y abrazar propuestas propias de la izquierda. Hoy sus sobrevivientes políticos buscan acercarse a Kast. Otro punto a su favor ha sido el desplome de la centro-izquierda tradicional, siendo reemplazada por una izquierda más radicalizada, materializada en el Frente Amplio, el partido de Gabriel Boric. Quien es el otro candidato que pasó a la segunda vuelta.
¿Cómo enfrentar a Kast?
Si los partidos de izquierda desean derrotarlo en la segunda vuelta deben hacer propuestas que resuenen en una población cansada de la inseguridad e incertidumbre reinante. No lo han hecho, al contrario, hablan de meterle “inestabilidad al sistema”.
Seguir gritando “ultra derecha” o “fascista”, cómo apuesto que seguirán haciendo, no gana elecciones. Tales motejos mal definidos han ido perdiendo su efecto como arma arrojadiza con el paso de los años. La gente ha aprendido que son usados para intentar callar a un oponente político y no tener que enfrentar seriamente las ideas que propone.
Kast, como todo político, usa sofismos para ganar sus debates: frente a preguntas incómodas responde con contra-preguntas o da una respuesta sin relación a lo preguntado. También logra enojar a su contraparte para poder mostrarse al público como el ganador de una discusión. En vez de seguir preguntándole por qué es pinochetista (demostrando además su sesgo de izquierda), los periodistas tendrían más éxito poniéndolo en aprietos si siguen haciéndole preguntas sobre su programa.
Esta carrera aún no termina.
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Fuente foto portada: Chiletoday.cl
la propuesta de la coordinación internacional anti izquierdistas y tomar elementos del estado de asamblea para restringir libertades y arrestar a personas en lugares que no sean cárceles, ¿ no propenden la búsqueda de un totalitarismo que acalle las disensiones políticas?
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