Está bien ser de izquierda…y también de derecha

Una de las actitudes más comunes en la población políticamente activa es acusar al oponente de estar equivocado o, en los casos más extremos, de ser tonto o malvado. Para llegar a tal conclusión usualmente hacen el siguiente ejercicio mental: “yo soy una buena persona y además racional, y mis conclusiones de cuáles son las políticas correctas a aplicar se basaron completamente en un análisis lógico, por ende quienes piensan distinto a mi deben ser tontos o malvados“.

Ejemplos de esto se puede ver en la política americana: acusaciones que Trump y los republicanos son racistas o que Obama y los demócratas buscan una tiranía socialista son una versión sofisticada de adjudicar maldad al otro. Son infantilismo puro, que nos ahorra tener que pensar y comprender la postura ajena. El grueso de la población no sigue visiones patológicas y extremas del espectro político como el comunismo, nazismo o islamismo.

La falacia de la propia racionalidad

Quienes piensan que el oponente es malvado cometen un error fundamental: los seres humanos no somos seres racionales, somos intrínsecamente irracionales con una limitada capacidad de pensamiento lógico. Todas las decisiones personales y políticas que tomamos se deciden a nivel subconsciente: con quién nos casamos, dónde compramos una casa, con quién hacemos amistad, por cuál partido político votamos.

Después de tomada la decisión es cuando hacemos una racionalización ex-post para justificar nuestra postura. No al revés. Evidentemente gente más inteligente puede generar una racionalización más elocuente, pero no por eso deja de estar sesgada.

Diversos estudios en psicología han arrojado interesante data sobre cómo actúa la población humana. Uno de los descubrimientos más interesantes es que la personalidad de las personas se puede separar en 5 grandes variables, clasificación llamada Modelo de los Cinco Grandes, o comúnmente llamado Big 5.

El Big 5

1024px-Wiki-grafik_peats-de_big_five_ENGEl Big 5. Fuente imagen: Wikipedia

La psicología ya lleva varias décadas estudiando y clasificando la personalidad humana, encontrando cinco agrupaciones de temperamento que definen a las personas: Apertura a nuevas ideas (Openness), Afabilidad (Agreeableness), Responsabilidad (Conscientiousness), Neuroticismo (Neurotisicm) y Extroversión (Extraversion). Estos rasgos vienen de nacimiento, aunque se pueden modificar parcialmente mediante entrenamiento o experiencias de vida. Las experiencias de infancia, adolescencia, la cultura y la familia en la que estamos inmersos modulan estos rasgos base.

De los cinco factores dos de ellos marcan en fuerte medida ser de izquierda o derecha respectivamente: Apertura y Responsabilidad.

Apertura a nuevas experiencias (Openness) tiene correlación con la apreciación artística, creatividad, curiosidad e interés en nuevas ideas. Entrega una tendencia en enfocarse en la justicia y ayudar a los menos beneficiados. Usualmente artistas, emprendedores y gente de izquierda marcan alto en este rango, por lo mismo no es raro que artistas o los emprendedores famosos sean de izquierda, como Jack Dorsey (Twitter) y Mark Zuckeberg (Facebook)

Responsabilidad (Conscientiousness) tiene correlación con ser organizado, ordenado, disciplinado y con tendencia a favorecer a las personas por sus méritos personales. Usualmente personas autodeclaradas de derecha marcan más alto en este temperamento. Gente con tales rasgos ascienden rápidamente en una empresa. Por lo mismo no es inusual que grupos de gerentes sean mayoritariamente conservadores. Este rasgo también suele aumentar con los años debido al aumento de responsabilidades que uno adquiere tales como: hipoteca, matrimonio e hijos; volviendo a las personas ligeramente más conservadoras.

Otra característica interesante del Big 5 son las diferencias estadísticas entre hombres y mujeres, marcando las mujeres significativamente más alto que los hombres en los rasgos Afabilidad y Neuroticismo.

Un alto nivel de Afabilidad está correlacionado con ser compasivo, cooperador y en casos extremos: sumiso. Mientras que un bajo nivel correlaciona con ser desafiante, competitivo y en casos extremos: agresivo y antisocial. Esto ayuda a explicar por qué la población criminal es predominantemente masculina.

Si les interesa saber más detalles del modelo Big 5 y de los otros rasgos que no he mencionado, les recomiendo el curso de psicología de la Universidad de Toronto cursado por el profesor Dr. Jordan B Peterson, quien tuvo la gentileza de subirlo a Youtube, aquí.

La derecha y la izquierda hablan distinto

Las diferencias entre ambos grupos no pasan solo por el Big 5, un estudio concluyó que la forma de expresarse también es distinta: Gente de izquierda al expresarse frente a un interesado público, prefieren aderezar sus textos o discursos con alambicadas formas para dar la mayor cantidad de riqueza y profundidad a las ideas que yacen en lo más profundo de su subconsciente; Gente de derecha, por el otro lado, cuando expresan algo les gusta ir al grano.

La realidad es inconmensurable, solo el diálogo es racional

La realidad es cruel, implacable e impredecible, mientras que nuestros cerebros son limitados e intentan tomar decisiones apresuradas e irracionales. Técnicamente nuestros cerebros son máquinas que intentan hacer atajos heurísticos, siendo uno de los filtros nuestro temperamento izq/der. Pensar y tomar una decisión racional toma tiempo y la evolución ha premiado a quienes toman decisiones rápidas, sobre todo en casos de emergencia. Ambas formas de ver el mundo son simplemente atajos mentales para simplificar la carga cognitiva de nuestros cerebros.

Por eso es siempre importante mantener el dialogo con personas que piensen distinto, esas personas perciben cosas que tu temperamento te hace ignorar. Un análisis racional, y que tenga valor, requiere salirse de los sesgos propios.

Conclusión

Con lo anterior queda claro que ser de derecha o izquierda son formas de percibir y actuar en el mundo ayudándonos a sobrevivir en este. Que ambas formas de pensar se distribuyan de manera aleatoria, y en mayor o menor grado, da a entender que ambas han sido evolutivamente útiles dependiendo de la oportunidad. Esto último es relevante, sólo a veces funciona un sesgo, siempre hay que conversar con el otro lado para poder hacer un buen análisis racional.

 

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Fuente foto portada: Diario el Informal

1 Comment

  1. Esta buena la clasificaciòn. Y tambièn puede que no siempre sea lo mejor conversar con el otro, como en casos extremos como con un marxista socialista o un nacional socialista. Pero en el comùn de las personas siempre es bueno escuchar lo que tiene que decir el otro.

    Lo de los emprendedores en todo caso es gracioso, porque en un sistema predominantemente capitalista somos los que podemos surgir satisfaciendo necesidades en el mercado. Pero en uno socialista o màs corporativista, la competencia se reduce y crear empresas innovadoras que resuelvan los problemas de los demàs en el mercado es màs complicado.

    Ya que siempre habrà una intervenciòn arbitraria de parte de un grupo de poder o derechamente el Estado.

    Bueno eso explicarìa lo de los emprendedores en Silicon Valley, se pueden beneficiar màs en un sistema màs capitalista, pero muchos de ellos son progres, quizas sea un tema cultural de ese lugar.

    Nuestro cerebro esta programado aùn para un mundo tremendamente hostil como el que le tocò a nuestra especie por cientos de miles de años. Igual tienen relaciòn con el tema de este artìculo el libro de Daniel Kahneman Pensar ràpido, pensar despacio.

    Saludos

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