Hay naciones que cavan su propia tumba, principalmente por la falta de tino diplomático y cumplimiento de sus compromisos. Un ejemplo de estas naciones es la Venezuela chavista.
No pagar sus deudas
El régimen chavista, hoy gobernado por Nicolás Maduro, ya ha llevado su país a la ruina económica y social. Millones han abandonado el país, los que permanecen están en constante búsqueda de comida, videos de ejecuciones de protestantes a plena luz del día en manos de policías o fuerzas paramilitares leales al gobierno son cada vez más comunes.
Pero es no significa el colapso de su gobierno, naciones que han perpetrado tales hechos han logrado sobrevivir pese a cometer crímenes similares: Cuba, Irán, Siria y Corea del Norte se me vienen a la cabeza.
Lo que puede realmente hacer fracasar a Venezuela es perder el apoyo de sus aliados, Rusia y China. Ambas naciones están completamente desconcertadas por el no cumplimiento de los compromisos tomados por Venezuela. Ambas naciones han invertido miles de millones de dólares en el país caribeño. Y sus cuerpos diplomáticos ven con horror que la corrupción e ineptitud es de un nivel tal que nunca verán el pago de su deuda.
El nivel de descomposición es tal que China ha visto reducida la importación de petróleo desde Venezuela, que le adeuda $20 billones USD a la dictadura asiática. Rusia, si bien tiene un menor nivel de negocios con el régimen chavista, también ve con preocupación la situación, sus expertos en el país ven como los desarrollos militares acordados no pueden cumplirse por el colapso social.
Una nación puede aterrorizar a su población, matarla de hambre y pese a eso salir adelante, pero lo que jamás debe hacer es no pagar sus deudas. Ninguna nación que se precie le apoyará en el futuro. Hoy en día todas las naciones tienen un cierto nivel de interdependencia económica, especialmente naciones que viven de la exportación, como Venezuela.
La locura diplomática
Otro factor que quizás decida el futuro del gobierno venezolano es su propia falta de tino diplomático. Tal actitud puede dar la excusa perfecta para una intervención militar extranjera.
Hace pocas semanas el Canciller Venezolano, en una reunión con sus pares en la OEA, trató a los otros cancilleres de “sicarios” y “mercenarios al servicio del imperio”, entre otros epítetos. El Canciller Chileno, Roberto Ampuero, tuvo la genialidad de responderle con la siguiente declaración:
“Si en canciller tiene tal trato con sus pares, invitado en un país extranjero, imagínense como trata a los venezolanos en su país”. Su comentario obtuvo el aplauso cerrado del resto de las delegaciones.
Con tal nivel de agresividad no sería sorprendente que Maduro sea tan necio como provocar una guerra, veamos un ejemplo de una gran potencia metiendo la pata en diplomacia:
A principios del Siglo XX, la Alemania Guillermina demostró las varias carencias diplomáticas. Cuando comenzó la Primera Guerra Mundial en 1914 ejecutó en Bélgica cientos de civiles, incluyendo mujeres y niños, en castigo por la resistencia militar belga, causando reproche internacional. Alemania no se disculpó de tal acto y lo justificó plenamente. Luego en 1917 la inteligencia británica reveló que Alemania estaba negociando con México para que declarase la guerra a Estados Unidos. El embajador alemán en EEUU torpemente admitió que era cierto y lo justificó por las “necesidades de la guerra”. Fue tal caso la gota que rebalsó el vaso e hizo de Wilson declarara la guerra a Alemania.
Otro ejemplo de alguien que sella su destino fue Adolf Hitler, en 1941 decidió declararle la guerra a EEUU. Si bien el presidente Roosevelt quería ya hace meses ir a la guerra contra Alemania, la opinión pública americana estaba en contra de ello, Hitler le facilitó el trabajo.
Conclusión
Si bien la dictadura chavista aún tiene férreo control del gobierno y goza del apoyo militar; la descomposición económica, el no cumplimiento de sus compromisos y su descriterio diplomático pueden sellar rápidamente su destino. ¿Tendrá Maduro el desatino de arrestar a Guaidó o algún diplomático americano?
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