Uno de los argumentos más usuales de la teoría política liberal, basados en la ilustración, es la enorme influencia de sus ideas para ayudar a promover una sociedad más justa, con más derechos y libertades, con su corolario por defecto: una sociedad menos violenta. Lo que quiero plantear con el siguiente artículo es que tal idea puede ser peligrosamente errónea: no somos más pacíficos porque creamos en mejores ideas o teorías políticas, simplemente somos más pacíficos porque somos más ricos y todos nuestros instintos están saciados.
¿Cómo actúa el hombre con hambre?
Uno de los descubrimientos más lúgubres en la arqueología fue en Europa, donde se encontró en una caverna habitada por humanos modernos hace 30 mil años la mandíbula de un niño Neanderthal, la mandíbula había sido descuartizada y su carne devorada. En la misma cueva encontraron un collar, hecho con dientes de Neanderthal, posiblemente del mismo niño. [1]
Hace poco más de 2 décadas, en Ruanda la mayoría Hutu decidió asesinar a la minoría Tutsi, en el lapso de pocos días lograron asesinar a 600 mil personas. Indica Jared Diamond que incluso donde no había población Tutsi fue asesinado el 5% de la población. Diamond sostiene que la razón subyacente para tal genocidio no fue únicamente odio étnico, sino gigantescas presiones demográficas ocasionadas por sobrepoblación y agotamiento de las zonas agrícolas disponibles. El hecho que, en varios sectores de Ruanda, los perpetradores y víctimas fueran familiares donde habían disputas territoriales previas apuntala la tesis de Diamond. Al menos un porcentaje no menor de individuos aprovechó el caos para ajustar cuentas en escala masiva. [2]
Estas dos historias nos dan un indicio de cómo se comporta realmente el ser humano cuando las condiciones ecológicas nos empujan a la escasez y a la hambruna. La evidencia no habla muy bien de la naturaleza humana. Haremos todo para sobrevivir, incluso comernos al hijo del vecino.
El muro de calaveras
Ahora bien, los liberales contra argumentarían que incluso en sociedades relativamente avanzadas pueden cometerse crímenes masivos si la cosmovisión y la clase política lo promueve. Cuando llegaron los conquistadores españoles a México estos quedaron horrorizados con los sacrificios humanos masivos que realizaban los aztecas, los recientes descubrimientos arqueológicos confirman los relatos de los conquistadores. [3]
El problema de tal argumento es que pueden estar ignorando varias condiciones de la sociedad azteca: ¿era una sociedad realmente rica comparada con occidente del S.XX?, ¿no era acaso su sistema de sacrificio un méteodo para mantener aterrorizada y controladas a las otras tribus indígenas sometidas?
Lo que muchos pensadores no caen en cuenta es que quizás la mayor razón de nuestro actual pacifismo es simplemente nuestra enorme riqueza material y estabilidad como sociedad. No tenemos hambre, ni frío, ni incertidumbre de nuestras vidas. Somos además tremendamente ricos comparados con sólo 100 años atrás.
De la misma manera desconfío profundamente de muchos pensadores liberales que sostienen lo “mucho” que hemos avanzado como civilización, siendo más “avanzados” y “pacíficos”. Incluso celebran que no ejecutamos a los asesinos, sino los encerramos por años en una celda a costa de todos nosotros. Hay varios problemas con tal postura: ¿qué porcentaje de la población realmente comparte y actúa conscientemente las ideas de la ilustración? En Chile el 60% de la gente es analfabeta funcional. En todas las encuestas el porcentaje mayoritario de la población mundial no le interesa la política, menos la filosofía. Sólo una pequeña minoría, y me incluyo, está interesada en ideas de teoría política y desarrollo humano. El resto de la población se contenta con pan y circo.
Señalizando virtud: Avergonzándonos de nuestros abuelos
Otra señal que demuestra enorme ignorancia sobre historia y naturaleza humana es la enorme insistencia en occidente en renegar su historia, incluso reciente.
Para el Día de la Raza [4] durante los últimos años han sido comunes memes o declaraciones moralistas criticando la conquista española de América, argumentando lo sanguinarios y depredadores que eran los españoles [5]. Tales personas parecen olvidar que ellos son descendientes directos de tales conquistadores.
Muchos miran con horror el registro histórico, donde la guerra, pillaje y esclavitud sexual son la norma. Pero no parecen caer en cuenta de un detalle aún más espantoso: sólo los hombres victimarios de tales épocas transmitieron su semilla al futuro. Cada uno de nosotros lleva en sus genes la herencia de un asesino.
Pero debemos entender lo siguiente: tales hombres no eran psicópatas en serie deseosos de sangre, sino hicieron el cálculo racional que hacer la guerra era la única manera de obtener una ventaja económica en un mundo donde la pobreza extrema era la norma. La ciencia y varios estudios apoyan tal idea.
Cuenta el Comandante Dave Grossman en su libro “On Killing“, que sólo el 2% de la población masculina no siente inhibiciones para matar a otro ser humano, e incluso con entrenamiento el 75% de los soldados americanos en la Segunda Guerra Mundial no disparaba a matar [6]. Tenemos un instinto que inhibe nuestra violencia intra-especie. Sólo en casos extremos estamos dispuestos a matar a otra persona, y la hambruna es un caso extremo por defecto.
Despertando al monstruo que llevamos dentro
Un argumento en contra de la idea que planteo podrían ser las enormes masacres humanas durante el siglo pasado en manos de partidos totalitarios.
Dado el adoctrinamiento en una ideología patológica, como el comunismo o el nacional-socialismo, personas comunes y corrientes se convirtieron en asesinos en masa. Tales ideologías, mezcladas con presión grupal y difuminación de la responsabilidad individual sacaron lo peor de nosotros. El psicólogo clínico Jordan B Peterson, de la universidad de Toronto, les pedía a sus alumnos, mientras analizaban el holocausto, efectuar el siguiente ejercicio mental: “imagínate ser tú mismo el gendarme en el campo de concentración”, las estadísticas señalan que si hubieras vivido en la Alemania nacional-socialista es más probable que hayas cometido tales homicidios en vez de defender a las víctimas.
Cómo contraargumento yo les planteo lo siguiente: ¿transformaron tales regímenes totalitarios la esencia humana de sus miembros o simplemente permitieron que los miembros más violentos desataran su resentimiento y agresión?
No somos más civilizados porque tenemos mejores ideas políticas y sociales, simplemente somos más pacíficos porque nuestros instintos básicos están constantemente saciados: comida, seguridad, abrigo, incluso reproducción. El nazismo y comunismo llegaron al poder sólo cuando las sociedades pasaban por profundas crisis económicas y políticas. Si el alimento, riqueza y estabilidad desaparecen es difícil sostener que seguiremos siendo buenas personas.
La evolución es sumamente lenta, es difícil afirmar que nuestra estructura mental haya cambiado en tan pocos siglos. Somos el mismo animal que cometió el genocidio en Ruanda, efectuaba canibalismo en la Europa glaciar, o efectuaba sacrificios humanos masivos en México y Perú.
Por lo mismo debemos desconfiar de todos los experimentos sociales en gran escala. Ha sido tremendamente difícil construir lo que tenemos. Hoy los ingenieros sociales ya no hablan de socialismo y la revolución del proletariado, sino de patriarcado, opresión de género, multiculturalismo y cultivan el tribalismo. Estas ideas pueden volver a sacar lo peor de nosotros si terminan destruyendo nuestra riqueza económica o estabilidad política.
Quizás ya lo están haciendo.
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[1] En el libro “The Gap”, de Thomas Suddendorf, indican que el caso publicado en The Guardian se trata de la mandíbula de un niño
[2] https://www.amazon.com/Collapse-Societies-Choose-Succeed-Revised/dp/0143117009/
[3] https://www.theguardian.com/world/2017/jul/01/tower-human-skulls-mexico-city-aztec-sacrifices
[4] https://historia-biografia.com/historia-del-dia-de-la-raza/
[5] https://nuevarevolucion.es/dia-la-hispanidad-dia-la-raza-no-celebremos-genocidio-america/
[6] https://www.amazon.com/Killing-Psychological-Cost-Learning-Society/dp/0316040932