Las bombas V1 fueron el arma asimétrica más efectiva en el arsenal de la Alemania nacional-socialista. Obligaron a los aliados a transferir significativas fuerzas, que estaban asignadas al ataque en Europa, a defender Inglaterra. Un 25% de todas las misiones de bombardeo aliado tuvieron que ser desviadas para atacar los centros de lanzamiento. Todo esto con casi nulas pérdidas humanas del lado alemán.
El primer ataque fue el 13 de junio de 1944. Desde tal día los ataques casi no cesaron, lanzando en promedio 190 cohetes diarios hasta fines de agosto.
Inglaterra puso 620 piezas de artillería antiaérea pesada, 1.762 liviana, e incontables globos de barrera como línea de defensa1. El Comando de Caza tuvo que retirar interceptores marcados para la invasión europea, modificar sus motores, y ponerlos en patrullaje constante para interceptar los cohetes V1. La RAF debió volar 20 mil misiones de intercepción contra los cohetes. Y durante agosto, el mes más álgido de los ataques, tenía 15 escuadrones de cazas diurnos y 10 nocturnos dedicados exclusivamente a tal misión. Todos ellos amarrados a Inglaterra, durante la fase crucial de la batalla en Francia2.
A su vez, el Comando de Bombardeo dirigió cientos de misiones para destruir los puntos de lanzamiento.
Ya en abril de 1944, meses antes del comienzo de los ataques, el gabinete de guerra británico entró en pánico y le solicitó a Eisenhower enfocar “todas las misiones aéreas” contra las bases de los cohetes alemanes, misión apodada “Crossbow”. Dejando incluso de lado las operaciones para “destruir la industria alemana” y “desmoralizar la población civil”. Eso último es un buen eufemismo a bombardear civiles.
Si bien, finalmente el esfuerzo de guerra aérea aliado siguió enfocándose en sus objetivos, una porción no menor efectivamente fue enviada a destruir los centros de lanzamiento en Francia. Se estima que, durante este periodo, un 25% de las misiones de bombardeo aliado fueron desviadas a esta misión3. Como vemos en el gráfico, todas estas misiones de bombardeo eran unidades que no estaban destruyendo ciudades de noche4.

Las bombas V1, si bien eran inefectivas para encontrar su blanco, su bajo costo y poder explosivo las volvía un arma viable. Su capacidad para atacar cualquier blanco obligaba a los aliados a invertir enormes recursos en intentar detenerlas. Y su velocidad, marginalmente superior a los cazas de combate, literalmente invitaba a la fuerza aérea aliada a modificar los motores y dirigir cazas a interceptarlos. Cazas que, de nuevo, no estaban atacando Alemania.
Una vez que las fuerzas aliadas avanzaban por Francia e Inglaterra quedaba fuera del alcance de las V1, sus ataques se redirigieron contra objetivos con valor militar en el continente, como el puerto de Amberes. Que era el principal punto de aprovisionamiento de las fuerzas aliadas en Europa.
Al final de la guerra, Fieseler desarrolló una versión tripulada, Fieseler Fi 103R Reichenberg, un cohete suicida. Que es lo más cercado de un dron suicida autodirigido. Afortunadamente, primó el sentido común y no fueron puestos en combate.
Es interesante preguntarse que habría pasado si las V1 hubieran sido puestas en servicio un año antes.
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Bibliografía
- [Volver] – Frank Norman, 1992, ‘Fighter Command 1936-1968’, p.194
- [Volver] – Frank Norman, 1992, Ibíd, p.195
- [Volver] – Gruen, Adam L, 1998, ‘Preemptive Defense, Allied Air Power Versus Hitler’s V-Weapons, 1943–1945’.
- [Volver] – Delve, Ken, 2005, ‘Bomber Command 1936-1968’, p. 112
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